Poder llegar a controlar la temperatura en el interior de un invernadero durante los meses de verano es todo un reto y para conseguirlo es imprescindible el uso de la ventilación.
Si atendemos a la forma en la que se realiza la renovación del aire entre el interior y exterior, existen dos tipos de ventilación en un invernadero:
– La ventilación pasiva o natural. Es aquella que se genera a través de las ventanas cenitales y laterales, por donde entra el viento natural que va renovando el aire en el interior.
– La ventilación forzada o mecánica. Aquella que, utilizando una serie de ventiladores y paneles de refrigeración (cooling system), controla activamente la temperatura y humedad.
Si bien por su bajo coste se ha venido utilizando de forma tradicional la ventilación natural más que la forzada, en épocas de altas temperaturas y en las regiones de baja humedad relativa del aire, la ventilación forzada a través del sistema cooling ha demostrado ser una de las más fiables y eficientes para reducir la temperatura en el interior del invernadero.
Las principales ventajas de estos sistemas cooling es que consiguen reducir la temperatura en cada uno de los compartimentos a climatizar, proporcionando las condiciones de temperatura ideales para el cultivo y, además, renuevan el aire del interior y exterior.
Con los equipos de clima de Nutricontrol es posible el control de la ventilación forzada o cooling. Los equipos son capaces de controlar las distintas etapas de los ventiladores y además controlan la entrada de aire y la bomba del panel evaporativo de los sistemas cooling.