El pasado mes de diciembre se aprobaba el Decreto Ley para regular las actividades y usos relativos al Mar Menor. Entre las principales acciones en materia agrícola se encuentran la creación de un distintivo para la agricultura sostenible, “un sello que acredita el cumplimiento de las obligaciones de cara a su promoción y comercialización” y la obligatoriedad de la instalación de sensores de humedad, tensiómetros o cualquier otro dispositivo que sirva de apoyo para una gestión eficiente del agua.
Con el objetivo de consolidar definitivamente la agricultura sostenible de precisión (aquella que aporta a cada planta los nutrientes exactos que necesita) y para asegurar la sostenibilidad del sector agrícola sin perder de vista la conservación del medio ambiente, la automatización y monitorización de la fertirrigación se han convertido en uno de los principales aliados. Especialmente en zonas sensibles como el entorno del Mar Menor, considerado como una zona húmeda de importancia internacional.
¿Cuáles son algunas de las ventajas de disponer de un sistema de fertirrigación automatizado?
- Las dosis de abono y agua se aportan de manera localizada, y solo en las cantidades necesarias para el correcto desarrollo del cultivo.
- Se consigue la optimización de recursos escasos y caros como el agua y la energía.
- Se eliminan la percolación y lixiviación de nitratos hasta aguas subterráneas, evitando así la contaminación de acuíferos.
Apostar por la automatización y monitorización de los cultivos es una de las medidas con las que se puede ayudar a conservar los entornos naturales sin perder de vista la sostenibilidad del sistema agrícola, un sector estratégico para poder hacer frente al reto de la alimentación de una población que para el 2050 se espera alcance los 9.800 millones de personas.