La fertirrigación, además de ser una de las estrategias más efectivas para la aplicación de insumos en los sistemas agrícolas, presenta otros múltiples beneficios.
Entre las principales ventajas que ofrece esta técnica y que repercuten directamente en la explotación, se encuentran:
1. Mejora en el proceso de aplicación de fertilizantes:
- En poca cantidad, y en el momento óptimo; se pueden establecer diferentes planes de fertilización en función del estado fenológico de la planta.
- Los nutrientes se dirigen a la zona radicular, por lo que la actuación de los fertilizantes es más rápida y se asimila mejor.
- Distribución homogénea y simultánea.
2. Utiliza solo la cantidad necesaria de agua y fertilizantes.
El agua y los nutrientes quedan perfectamente localizados en la zona de absorción de las raíces.
3. Aumenta la rentabilidad del uso de los insumos aplicados.
Con la optimización del agua y los fertilizantes, disminuyen los costes de los mismo.
4. Respeto al medio ambiente.
Minimiza la contaminación del suelo y del agua subterránea.
5. Aumento de la producción y de la calidad del cultivo.
Gracias a la multi-inyección, que permite repartir el fertilizante a lo largo de todo el riego. Las raíces tienen que hacer menos esfuerzo en alcanzar los elementos nutritivos aprovechando esa energía en producir.
6. Automatización y control.
Permite un mayor control sobre el cultivo con la gestión automatizada del agua y del fertilizante.
7. Mayor aprovechamiento de suelos y agua de mala calidad.
Con un buen manejo y los conocimientos necesarios, se pueden utilizar aguas de baja calidad agronómica, y es posible el aprovechamiento de suelos de mala calidad.