La evolución tecnológica en la agricultura no se demuestra únicamente en la automatización de las labores agrícolas, sino que, además, continúa con la modernización de tareas y procesos con la utilización de otras soluciones tecnológicas basadas en lo que se viene denominando el Internet de las Cosas, (en inglés, Internet of Things, abreviado IoT).
¿Pero a qué nos referimos exactamente con la tecnología IoT?
El internet de las cosas (IoT) se basa en la utilización e interconexión digital de objetos cotidianos con acceso a internet, para que se comuniquen entre sí y conseguir así ser más independientes e inteligentes.
La implementación y desarrollo de tecnologías IoT en la agricultura se refiere tanto a los componentes de hardware y software asociados a esta tecnología, como a la implementación y desarrollo de sistemas que ayudan para la toma de decisiones en los cultivos.
Actualmente se calcula que hay más de 8400 millones de dispositivos conectados en el mundo, esto hace que la cantidad de datos y la información que se puede obtener a través de ellos para poder aplicarla al sector agro sea muy importante. Con estas tecnologías el agricultor es capaz de:
- Analizar variables ambientales (suelo, clima…)
- Monitorizar el suelo y cultivo, y recoger información ambiental.
- Estudiar procesos de evolución de los cultivos.
- Crear modelos específicos de machine learning.
- Implementar sistemas de ayuda a la decisión para la optimización de procesos.
- Medir los diferentes sensores sociales para componentes que afectan la toma de decisiones: predecir la demanda, programar la recolección, adaptar la cosecha a los precios…
La tecnología y en particular Internet de las Cosas (IoT) es una gran oportunidad de sacar un mayor rendimiento al cultivo y está contribuyendo a desarrollar una producción sostenible que garantice el futuro del sector agrícola.